Kelpie, o kelpie de agua, es el nombre otorgado en las llanuras y tierras altas de Escocia a un espíritu del agua solitario capaz de cambiar de forma, el cual habita en la profundidad de los lagos, ríos, arroyos y estanques de Escocia, escondiéndose en las orillas, cazaba a los humanos desprevenidos que se encuentra, usualmente viajeros o pescadores, hipnotizados por la presencia de este bello animal, montaban a su espalda, momento en el que este se sumergía en el agua arrastrando consigo a su víctima, los devorándolo y arrojaban sus entrañas a las orillas.
La etimología de la palabra escocesa kelpie es incierta, pero pudo haberse derivado de los términos gaélicos calpa o cailpeach, que significan "vaquilla" o "potro".
Casi todos los cuerpos de agua significativos en Escocia se asocian con una historia de kelpie, pero la más reportada es la del Lago Ness.
En sus apariciones usualmente se describía con la forma de un caballo hermoso y poderoso negro, a veces pálido o amarillo, se aparecía a los caminantes como un caballo perdido, aunque se le podía identificar por su melena, goteando constantemente. Se decía que su piel era suave pero tan fría como la muerte, otra de las características que identifican a los kelpies de agua es que sus pezuñas se encuentran al revés, comparándolas con las de un caballo normal.
El kelpie en su forma equina es capaz de extender la longitud de su lomo para llevar a muchos jinetes a las profundidades, un tema común en las historias que tratan de varios niños trepando a la espalda de la criatura mientras que uno se queda en la orilla, usualmente un niño pequeño, y mientras acaricia al caballo se pega en el cuello del ente.
En algunas variantes el muchacho se corta los dedos para liberarse; él sobrevive pero los otros niños son secuestrados y se ahogan, y solamente algunas de las entrañas se encuentran después.
Los kelpies tienen la habilidad de transformarse en formas no equinas, y pueden tomar una apariencia externa como de figura humana, este disfraz puede traicionarlos por la presencia de algas acuáticas en su cabello. En su forma humana, los kelpies son casi invariablemente hombres. Una de las pocas historias que describen a la criatura en forma femenina y se representa como una mujer alta vestida de verde con un semblante exiguo y marchito, siempre distorsionado por una mueca maligna, quien subyugó y ahogó a un hombre y a un niño después de que saltó desde un arroyo, otra historia lo describe como una bella mujer que se oculta bajo el agua, manteniendo sólo sus ojos sobre la superficie.
También se describió un kelpie adoptando el aspecto de un viejo decrépito que balbuceaba para sí mismo continuamente mientras se sentaba en un puente cosiendo unos pantalones. Un local transeúnte, creyendo que era un kelpie, lo golpeó en la cabeza, causando que regresara a su forma equina y se precipitara a su guarida en un estanque cercano.
Otros relatos hablan de un kelpie solitario que se transforma en un guapo joven para cortejar a una bonita muchacha a la que quería convertir en su esposa. No obstante, la muchacha nota que el joven es un kelpie y remueve su collar de plata mientras él duerme. El kelpie inmediatamente regresa a su forma equina y la muchacha se refugia en la granja de su padre, donde trabaja por un año. Al concluir ese tiempo la muchacha monta al kelpie para consultar a un sabio, el cual le indica regresar el collar de plata. Una vez más transformado el kelpie a un joven apuesto, el sabio pregunta al kelpie cuál sería su decisión si pudiera escoger entre ser un kelpie y un mortal. A su vez, el kelpie le pregunta a la muchacha si se casaría con él si fuera humano. Ella confirma que lo haría por lo que el kelpie decide transformarse en un hombre mortal y el par contrae matrimonio.
La llegada del cristianismo en Escocia en el siglo VI resultó en el registro de algunas creencias y cuentos populares hecho por escribas, usualmente monjes cristianos, en vez de ser perpetuados por tradición oral. Algunos testimonios establecen que los kelpies retienen sus pezuñas aun cuando se encuentran en forma humana, lo que generó su asociación con la noción cristiana de Satanás, justo como sucedió con el dios griego Pan.
Un kelpie puede ser asesinado al disparar con una bala de plata, después esto, el kelpie consistirá en una masa suave similar a un montón de almidón o algo similar a medusas.
La progenie resultante del apareamiento de un kelpie y un caballo normal era imposible de ahogar, y podía reconocerse por sus orejas más cortas de lo normal.
Se ha sugerido que el origen de la creencia en los caballos de agua que depredaban y devoraban humanos podía ser un reflejo de los sacrificios humanos realizados alguna vez para calmar a los dioses del agua. La asociación con los caballos puede tener sus raíces en los sacrificios equinos realizados en la Escandinavia antigua. Las historias de espíritus de agua malignos tenían un propósito práctico, el mantener a los niños lejos de cuerpos de agua peligrosos y de alertar a las mujeres sobre extraños apuestos y jóvenes. Las historias también se usaban para imponer estándares morales, pues implicaban que las criaturas tomaban represalias contra la mala conducta llevada a cabo los domingos. La intervención de demonios y espíritus podía ser una posible manera de racionalizar el ahogamiento de niños y adultos que accidentalmente habían caído en corrientes rápidas o turbulentas.
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